Monasterio de San Zoilo.

San Zoilo, según la tradición, fue un mártir cordobés ejecutado durante las persecuciones cristianas que hizo Diocleciano a principios del siglo IV. Venerado desde entonces, sus restos fueron encontrados por el obispo de Córdoba en el año 613 y, ya en el siglo XI, el Conde de Carrión manda trasladar sus restos hasta el monasterio de Carrión de los Condes, ciudad que actualmente lo tiene como patrón.

Bien merece la pena acercarse a Carrión de los Condes, ciudad palentina del Camino de Santiago, para descubrir no solo su románico. Casi sin darnos cuenta, tras la rotonda de entrada al municipio, nos encontrarnos con los muros del monasterio de San Zoilo, hoy convertido en hotel, pero visitable en buena parte de las antiguas dependencias.


Y fue precisamente con los restos del santo al monasterio cuando éste empezó su pujanza, vinculado a la orden de Cluny, convirtiéndose en panteón de los Condes de Carrión, pero el hecho de que repartiera pan y vino a todos los peregrinos que se acercaran a él hizo que su fama se extendiera por todo el Camino de Santiago.



Del monasterio original apenas quedan restos, como una puerta románica y algunos restos de reaprovechados en estructuras posteriores. Y es que el monasterio sufrió numerosas riadas del cercano río Carrión y otras tantas restauraciones.


En 1532 pasó a depender de la Congregación de Valladolid, momento en que se da un nuevo impulso al monasterio. Fruto de esta época es el hiperdecorado claustro plateresco.




Es este clausto el que convierte al monasterio de San Zoilo en una verdadera joya. Decorado con bustos de reyes, santos, cardenales... está repleto de pequeños detalles minuciosamente labrados que bien merecen una detallada visita.











En el año 2003, en los trabajos de restauración del monasterio, se descubrieron en la arqueta original que contenían los restos del santo, 2 tapices islámicos magnificamente restaurados y que desde hace bien poco que regresaron de nuevo al monasterio. Datados entre los siglos X y XI, representan motivos de animales fantásticos. Todo parece indicar que formaban parte de la decoración del palacio de los reyes de la Taifa de Córdoba, quienes entregaron como presente a los Condes de Carrión las reliquias no tan solo de San Zoilo, también las de San Félix y San Agapito. Merece la pena ver el detalle de estas telas clicando aqui.




Son muchas las razones para visitar Carrión de los Condes, pero sería imperdonable dejar la ciudad sin pasarse antes por el monasterio. Y ya que estamos por esas tierras otra parada obligada es visitar Fromista y su peculiar iglesia.

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